Cronica de San Chuan d'a Peña: Capetulo XVIII
Feita la honor de la sepultura, las gentes leuantaron rey Don Pedro de susodito pridie nonas Junii en aquest mismo año. Et encontinent el dito rey Don Pedro fiu feito rey, queriendo obedecer el mandamiento paternal, fincó en el sitio con toda la gent, en el pueyo clamado de Sancho, quel dizen assi porque su padre Don Sancho allí attendó su huest et a sitió la dita ciudad de Huesca. Et aquella tuuo asitiada con gran traballo et lazerio VI. mes es á saber, Mayo, Junio, Julio, Agosto, Setiembre et Octobre. Et el rey de Huesca Abderramen, demandó ayuda ad Almoçaben rey de Çaragoça, que le acorriesse, que sino quando hauies tirada su tierra á éll, depues quela tolleria á éll. Et el Rey de Çaragoça enuiól por dos cuendes á Castiella, de xpistianos, que eran sus vasallos, que viniessen con todo su poder á acorrerle et seruirlo: el vno de los cuendes se decía Don García de Traba, de Nágera; el otro Don Gonçaluo; et esti Don Gonçaluo no y vino mas embió sus companyas et auino mellior en ello. El Conde Don García vino con trezientos de cauallo, et muchos xpistianos de pié á seruir al Rey de Çaragoça, et plegaronse tantas de gentes que los primeros eran passados á Gállego de Çuera et pleno el camino de gente los çagueros eran en Altabas. Et aquesti conte Don García embió á dezir al rey Don Pedro que se leuantas del sitio et sino quél et xpistiano ninguno, non escaparía, tan grant era el poder que venía de los moros. Et el rey Don Pedro como buen cauallero todo aquello preció poco copdiciando mas el seruicio de Dios et exalçamiento de la fe, que no dudando el temor de los infieles. Et seyendo en esto vn vasallo suyo que y'era ayrado et fuera del Regno, por seruicio suyo vino al rey Don Pedro, el qual hauía nombre Fortunyo, con CCC peones et aduzía diez cargas de maças de Gascuña, et hauíe gran placer et perdonólo. Et aquestos fueron muyt señalados en la batalla, et Don Barba Tuerta. Et á otro dia mañana supo como los moros eran cerca, fizo pellar sus compañas et dió la delantera á su hermano el infant Alfonso Sanchez con Don Castoñ de Biel et Don Barba Tuerta. Et en la de medio fué Don Fferriç, Don Bacallan, et Don García Datrosillo, et Lop Fferrench de Luna, et Gomez de Luna, et el dito Ffortuno con las maças. En la postrema el Rey con don Ladron, con Exemen Aznarez de Ortiera, con Sancho de Peña, et con otros muytos buenos de Nauarra et de Aragon; et en el lugar clamado Alcorraz, delant Huesca, el Rey de Çaragoça con todo su poder paró sus azes et començó la batalla. El infant Don Alfonso firió tan cuytadamente con los primos que los moros fueron en trauallo, de manera que assí complió el rey Don Pedro con la çaguera, en la mayor priessa, como los primeros, et duró todo el dia la batalla entro que la nueyt los departió. Et fué preso el conte Don García de Castiella con muytos otros xpistianos que no querieron matar; de los moros á merçé ninguno non prendían. Mas despues que fué de nueyte cuydando que al otro dia auria otra batalla, el rey de Çaragoça con aquellos que pudie fué enta Çaragoça. Et los xpistianos fueron muy cansados, pero con la victoria que hauíen non lomostrarian de manera que al dia siguiente cuydando hauer otra batalla no vieron de los moros, sino los feridos et los muertos, que dieron en alcanzar entro Almudebar, et quantos trouaron, matoron. Et este dia mismo fué la batalla de Antiochia del gran peregrinage. Et vn cauallero de Alemaña fué en tramas las bathallas de Anthiochia et de Aragon; que en la batalla de Anthiochia donde andaua apeado, prisólo San Iorge en las ancas del cauallo; vencida aquella batalla vínose San Iorge con el cauallero á la batalla de Huesca, et vidiéronlo visiblement con el cauallero en las ancas, et dexólo alli do oy en día es la eglesia de San Iorge de las Boqueras; el cauallero cuydó que toda era vna batalla, pero no conocía, ni entendía ninguno de los de alli. Et por razon que sauían gramática el cauallero, entendieron algunos en latin et recontó este miraglo. Et el Rey con los xpistianos auieron grant placer et fiziéronle grant bien; et segun pensamiento murieron de los moros mas de XXX mill que de pié, que de cauallo, de xpistianos murieron entro ha endos mill. Et de los colpes de las maças trobaron muytos muertos. Et por esto el Rey fizo gran bien adaquell Fortuño, et hauía nombre de Maça, et fué cauallero, et gran linage Daragon. Et rendió lohors et gracias á Dios de la victoria que hauía obtenido, tornóse á sitiar la dita ciudad, la qual sabiendo la victoria de los moros, caída en desperacion, triste et dolenta, depues de ocho dias rendióse sueltament al dito rey Don Pedro en el año de nuestro Senyor MXCIIII. VI.º Kalendas Decembre. Aquesti rey Don Pedro recibió al Cit Ruidiaz en comanda et prometióle de ayudar do lo huuies menester. Et en aquell tiempo el Cit era ayrado del rey Don Alfonso de Castiella, porque prisó la jura el Cit, la cual ninguno de Castiella no ossó prender del rey Don Alfonso, que no fues en consello de la muert de su hermano el rey Don Sancho; el qual mató Bellido de Olfos en el sitio de Zamora. En aquel tiempo, Alfonso, se hallaba enemistado con su hermano y vivia con el rey de Toledo. Los castellanos por tanto sospechando que hubiera tenido parte en la muerte de su hermano, se negaron á admitirle por Rey hasta que públicamente les hubo jurado que no habia sido cómplice en aquel asesinato, y este juramento le tomó el Cid. Lo cual disgustó depues al Rey muyto. Et por esto lo ayró et vinose á meter en comanda del rey Don Pedro de Aragon; et dessi el dito Cit con trezientos caualleros vínose para las montañas de Cuenca et de Albarracin et fizo gran fuerça en vna penya que oy en dia la claman la Penya del Cit, et con ayuda del Rey Daragon et de Don Pero Ruiz Dazagra senyor de Albarrasin, el Cit prendió Valencia. Et aquesto supieron moros dallent mar et vinieron con muy grant poder de toda Berbería et con los moros de la tierra de aqua, cercaron al Cit en Valencia. Et sediendo muy affrontado dellos, emuió á rogar al rey Don Pedro de Aragon. Pero los aragoneses y navarros, principalmente los magnates que se hallaban en la ciudad de Huesca y lugares inmediatos, pues toda aquella tierra se hallaba ya libre de la dominacion pagana, y sujeta á la autoridad del rey Pedro, agobiados por las fatigas militares, procuraban que el Rey no fuese á Valencia. Sin embargo, él, no queriendo ni abandonar al Cid, porque tan buen caballero no se malograra, ni perder tampoco la ocasion de servir á Dios, prometió á su mensagero, que en el término de doce días, sería en su ayuda. Por tanto el Rey con sus barones y caballeros aragoneses y navarros, que habían tomado parte en la batalla de Huesca, dejando esta ciudad guarnecida de defensores, entre los que se hallaban Fortun Garcés de Biel, hijo de Gaston de Biel, esforzado guerrero, el primero que obtuvo el cargo de Portaestandarte, y fué además señor de Huesca, y Ferriz de Lizana y Pedro de Vergua con otros caballeros y peones, marchó hácia Valencia con su hermano Alfonso, varon dotado de grande valor y animosidad, llegando antes del término fijado. Unidos él y el Cid, dieron batalla al rey Bucar, el más poderoso de los reyes sarracenos alli presentes y le vencieron y mataron. En aquella batalla perecieron más de 50,000 moros entre ginetes y peones. Fué el rey Pedro valentísimo y animoso en todas las funciones militares y tuvo muchas batallas con los paganos, saliendo siempre vencedor; y todo el oro y plata que adquiría lo repartia entre los monasterios y los soldados. Su mujer se llamó Inés, de la cual tuvo un hijo llamado Pedro y una hija que tuvo el mismo nombre que su madre y donó muchos bienes á San Juan de la Peña. Y obtuvo del pontífice Urbano II por privilegio, que todos los reyes de Aragon, y tambien los nobles y caballeros, en las tierras conquistadas por ellos, tuviesen el derecho de patronato en todas las iglesias, excepto en las catedrales, y pudiesen retener sus rentas y décimas para sus usos y necesidades, con tal que mantuviesen el culto y demás cargas eclesiásticas segun se contiene en el privilegio que se guarda en el monasterio de San Juan de la Peña. Los hijos del Rey murieron el 15 de las Kalendas de Septiembre de 1025; y el mismo año, el tercero de las Kalendas Octubre, terminó su vida el rey Pedro, el año XXXV de su edad, y fué enterrado en el monasterio ántes nombrado de San Juan de la Peña.