se dado cuenta de golpe del cambio que se había operado en él, y exclamaron:
— ¡Vuelve a ser hombre! ¡Ya no nos comprende ni nosotros le comprendemos tampocol
Entonces se levantó Niis y fué hacia Okka. La abrazó y la llenó de caricias. Después fué hacia Yksi y Kaksi, Kolme y Nelja, Viisi y Küsi, las viejas patas de la bandada, y las abrazó también. Seguidamente, se separó con paso rápido, en dirección a su casa. Sabía que la pena de los patos no dura mucho y quería separarse de sus amigos antes de que se extinguiera la que pudieran experimentar al perderle.
Cuando llegó a lo alto de la duna, volvióse para mirar los grupos de pájaros que se preparaban a atravesar el mar. Todos lanzaban al aire sus llamadas; de todas, sólo una bandada de patos silvestres voló en silencio mientras él pudo seguirla con los ojos.
Mas el triángulo que formaba era de un orden perfecto, los intervalos tales como correspondían, la velocidad del vuelo la indicada y el golpe de las alas vigoroso y rítmico. Nils sintió una sensación tan dolorosa, que casi hubiera preferido continuar siendo Pulgarcito, para poder viajar por encima de la tierra y del mar con una bandada de patos silvestres.
FIN